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viernes, 21 de marzo de 2008

* Musicoterapia *


Fue reconocida como profesión en 1950 en Estados Unidos, y existen carreras universitarias que la avalan en Inglaterra, Alemania, Brasil y Argentina, entre otros países. En España, sin embargo, aún no posee entidad profesional oficial.
Los musicoterapeutas son profesionales altamente capacitados en disciplinas como música y psicología, y la formación universitaria que reciben les otorga un criterio metodológico de actuación fundamentado en distintas teorías científicas.
En el marco de la técnica terapéutica, la música es utilizada en todas sus formas, sin distinciones o discriminaciones de estilos o calidades, buscando siempre la participación del paciente, ya sea en forma activa o receptiva. Las actividades en cuestión incluyen la audición de piezas musicales y la interpretación y creación propia del paciente.
La música y los elementos que la componen (ritmo, melodía, armonía, sonido) son utilizados para favorecer la comunicación, el aprendizaje y las relaciones sociales, ya que en muchas ocasiones se efectúan trabajos en grupo.
Además de la superación de traumas físicos o mentales específicos, mediante la musicoterapia es posible lograr una mejor integración de la persona con el entorno, consigo misma y con otros individuos, facilitando en consecuencia una mejor calidad de vida.
La base sobre la que se fundamenta la musicoterapia es el reconocimiento de la actuación del cerebro en las enfermedades, entendiendo que en gran cantidad de ocasiones los males tienen su origen en él, transmitiéndose con posterioridad a un sector determinado del cuerpo mediante estímulos que pueden llegar a generar la enfermedad o facilitar su desarrollo.
Gracias a la utilización de las melodías y la creación musical, la musicoterapia intenta crear estímulos contrarios a los que potencian la enfermedad, buscando en consecuencia la relajación del paciente y la eliminación del mecanismo psicológico y físico que provoca el mal en cuestión.
En la actualidad, es aplicada mayormente en problemas nerviosos, afecciones cardíacas, patologías como el alcoholismo y la drogodependencia y para prevenir suicidios en individuos con tendencia autodestructiva.
Sin embargo, aún resta un largo camino por recorrer en el progreso de esta especialidad, buscando incrementar su campo de acción y favoreciendo el desarrollo de nuevas técnicas y aplicaciones.
Pablo Javier Piacente

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