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viernes, 14 de marzo de 2008

* acerca de la Manipulación y la Gente Manipuladora*

Perfil de un/a manipulador/a:

• Siempre habla con indirectas y generalidades, evitando abordar las cuestiones de forma clara y yendo directamente al meollo de la cuestión.
• Le encantan los cotilleos, especialmente los que perjudican a su entorno y le benefician a él, de forma directa o indirecta.
• No asume sus palabras ni sus actos e intenta adjudicar sus errores a otros para no perder su posición de privilegio.
• No sabe escuchar y trata de ser el centro de todas las conversaciones. Además, no le interesa la otra gente.
• Desvaloriza y rebaja la personalidad y el trabajo de los que le rodean, para sentirse mejor consigo mismo y quedar bien ante los demás.
• Está rodeado de gente que vive con miedo. Generalmente agota las energías de todos los que le sufren.
• Siembra confusión y cizaña. Es mentiroso, tramposo y deshonesto. Sus mejores armas son los peores defectos que una persona puede tener.
• Abusa de su autoridad, es muy terco y utiliza su poder para destruir lo que funciona, acosar y someter.
• Da la vuelta a las situaciones para salir ganando y está empeñado en contarlo todo.
L
Tratan a las personas como marionetas a las que sólo ellos pueden manejar. Degradan a sus empleados, sus parejas o sus hijos y logran que hagan todo lo que no quieren por culpa o por miedo.
Logran que las personas que se encuentran a su alrededor lleven a cabo exactamente lo que ellos quieren, aunque sin saber muy bien cómo ni por qué...en un principio se presentan como personas encantadoras, víctimas del mundo y la mala suerte. Piden mucho y dan muy poco: para lograr sus objetivos no escatiman esfuerzos y generan en los otros sentimientos muy difíciles de superar, utilizan su poder sólo para el beneficio personal. En qué consiste esta estrategia que en muchos casos se convierte en una patología con consecuencias graves.Radiografía del manipuladorLa definición del diccionario no deja lugar a dudas, manipular es “intervenir de forma poco escrupulosa en la política, la sociedad, etc., para servir intereses propios o ajenos ” y eso hacen las personas que no en vano se han ganado el mote de manipuladores.“El manipulador quiere lograr que el otro haga lo que quiere, sin que su víctima se dé cuenta y con la menor resistencia posible. Nunca reconoce sus defectos y errores y consigue que los otros lo toleren”, explica el Lic. Hugo Pisanelli, de Psicólogos y Psiquiatras de Buenos Aires.En realidad, los manipuladores adoptan diferentes estrategias. Lo cierto es que la manipulación es una artimaña que casi todos los seres humanos ejercemos aunque, en menor medida que los denominados manipuladores. Todos utilizamos la manipulación como una forma de lograr lo que queremos y de que nuestras faltas pasen desapercibidas. “Si bien cierto grado de manipulación existe en todos los vínculos, cuando el manipulador es conciente de su conducta y no siente culpa por ello, y cuando este mecanismo ocupa un lugar central en sus relaciones personales, podemos hablar de una patología de la personalidad”, explica Juan Manuel Bulacio, médico psiquiatra y Presidente de la Fundación ICCAp (Investigación en Ciencias Cognitivas Aplicadas). La persona manipuladora es conciente de las estrategias que utiliza pero siempre intenta proyectar la culpa en los demás.“No es conciente de sus pérdidas y sus fracasos y utiliza sus infortunios como herramienta para conseguir que lo ayuden con dinero, trabajo o situaciones que no siempre son legales”, agrega Pisanelli.Trampas y engañosLas personas que han padecido o padecen la compañía de un manipulador seguramente contarán historias en las que siempre pierden algo: dinero, una casa, la dignidad, la autoestima...todos quieren huir de ellos. Pero para hacerlo, primero es necesario reconocerlos.Los manipuladores se muestran muy seguros de sí mismos, son las típicas personas que saben de todo y son muy ambiciosos. Al principio tratan de caer bien, pero cuando ya se han “ganado” a su presa comienzan las mentiras y el egoísmo.“Agotan a las personas que los rodean y perjudican con sus pedidos, hacen sufrir de frustración, desilusión y defraudación”, explica el Lic. Pisanelli.Por supuesto las personas más vulnerables son las que tienen mayor riesgo de caer en sus redes: los crédulos, lo inseguros, los susceptibles y los que tienen tendencia a sentirse culpables. Sus familiares no pueden escapar de ellos, pero sus amigos o parejas sufren una decepción porque llegan a conocerlos después de un tiempo.“Son intolerantes, actúan sobre los puntos débiles de quienes desean obtener un beneficio, aprovechándose de ellos. Nunca tienen en cuenta las necesidades del otro, aunque las utilizan como argumentos para alcanzar sus fines”, argumenta Bulacio. ¿Se puede solucionar esta conducta?Como los manipuladores generalmente creen que ellos hacen todo bien, no se dan la posibilidad de cambiar. “En la mayoría de los casos no son tratables, salvo cuando se angustian pero a veces salen de estas crisis perfeccionados y sin posibilidades de modificar su conducta”, agrega el Lic. Pisanelli.Para no caer en sus trampas hay que estar muy atento. “Si frente a un manipulador se experimenta, por ejemplo, miedo o culpa, deberá tratar de actuarse como si dichas emociones no estuvieran presentes”, aconseja Bulacio.Trabajar con el enemigoEn el ámbito laboral estos personajes ocupan generalmente el rol de jefes. Su forma de operar consiste en buscar los puntos débiles de los demás, haciendo que se sientan culpables y llevándolos, mediante engaños, a realizar determinadas tareas o vivir ciertas situaciones que les desagradan o que, si hubieran tenido libertad de decisión, nunca hubieran elegido.Los jefes o compañeros manipuladores en muchos casos echan a perder tareas, negocios y proyectos, por el sólo hecho de que no reportan ningún beneficio para ellos. En otros casos logran posicionarse y acceder a ciertos privilegios a expensas de otros. También suele suceder que se atribuyen los méritos de sus subordinados o compañeros. En la mayoría de los casos los manipuladores son descubiertos y se van quedando solos.“En el ámbito laboral las personas manipuladoras tienden a lograr beneficios iniciales, aunque en la medida en que sus estrategias se hacen más evidentes las dificultades interpersonales se incrementan. Quienes logran manipular en forma más sutil tienen grandes posibilidades de escalar en los diversos ámbitos en que actúan. Frente a ellos es importante en primer lugar detectarlos y en la medida de lo posible hacer evidentes sus maniobras”, explica el Lic. Bulacio.También suele ocurrir en el ámbito laboral (aunque sucede también en la esfera de las relaciones personales) que la persona que convive con el manipulador experimenta una sensación de peligro inminente al enfrentar al manipulador (cree que será despedida o degradada, generalmente), por lo cual evita esta situación.“Los sujetos con personalidades más débiles o dependientes, tienden a ser más vulnerables frente a ellos y el hecho de no poder enfrentarlos genera un círculo vicioso que acentúa dichas características”, agrega el médico psiquiatra.Conocerlos, estar atentos y no dejarse manejar son las mejores salidas ante este tipo de personalidades.

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